Tengo que decirlo... He vuelto de vacaciones relajada y con una receta que... que...
¡¡QUE DIOS BENDIGA A AMÉRICA, AL RÍO MISSISSIPPI Y A SUS LODOS!!
Porque si todos los barros que hay en el fondo de este mítico río son como éste, me compro un billete ahora mismo y me piro a vivir allí para no volver a comer otra cosa en mi vida!!!!!
Éste nombre tan curioso se debe a la textura de esta maravillosa, deliciosa, increíble, dulce, chocolateada, pecaminosa, cremosa (y un largo etc) tarta, la cual es densa como los bancos de lodo que se suelen encontrar en el Mississippi.
Cuando comenzó mi obsesión por la repostería y los hornos fue una de las primeras que hice y, si bien el resultado fue bastante bueno, no sabía todo lo bien que debería hacerlo porque le faltaba un ingrediente fundamental. Por aquel entonces no lo conseguía encontrar por ningún sitio, así que tuve que usar un sustituto que se le pareciera lo máximo posible, aunque ya se sabe que en repostería el más mínimo cambio puede suponer una diferencia abismal.
Pues bien, este famoso ingrediente desaparecido durante tanto tiempo y que he encontrado al fin en el supermercado SPAR de Mazarrón (gracias ingleses por venir y obligar a los comercios a traeros productos que allí usáis tan cotidianamente) es el GOLDEN SYRUP o Sirope Dorado.
Tiene una textura parecida a la miel pero no sabe en absoluto como ésta, ya que su sabor es más tostado, como una melaza. De hecho, se le llama así, melaza clara, diferenciándola de su hermana Melaza o miel de caña, caracterizada por un tono oscurísimo, casi negro. Os pongo unas fotos de la textura y el color del Golden Syrup:
Color dorado, de ahí su nombre. |
Textura parecida a la miel. |
Si os cuesta encontrarlo podéis sustituirlo por miel o melaza normal (la que yo usé en mi primer intento). El sabor variará un poco pero no os preocupéis porque estará igualmente deliciosa!
La textura es súper jugosa. En cierta manera recuerda a un flan, pero es algo más densa y cremosa. Además, las nueces ponen el contraste crujiente, así que cada cucharada os dará sensaciones diferentes. Además, podéis comerla tanto fría como caliente y la decoración con nata es opcional, aunque la verdad es que la tradicional la lleva. Yo solo se la he puesto a una ración porque es para una cena y puede que haya alguien a quien no le guste la nata. Así que es mejor que la dejéis "desnuda" y dejéis la nata montada en un bol aparte para que cada uno se sirva.
Así que nada, os dejo la receta de esta deliciosidad implorando y suplicando que la probéis, no solo por el sabor, sino por los poquísimos ingredientes que lleva!
¡Vamos allá!
MISSISSIPPI MUD PIE (TARTA DE CHOCOLATE DEL MISSISSIPPI)
(Receta adaptada del libro Home Baking)
Ingredientes para un molde de unos 23 cm.
Para la base:
- 180 g de galletas tipo digestive
- 80 g de nueces picadas
- 1 cucharada de azúcar moreno
- 1 cucharadita de canela
- 100 g de mantequilla fundida
Para el relleno:
- 225 g de mantequilla
- 175 g de chocolate Nestlé Postres
- 125 ml de Golden Syrup (o melaza o miel si no lo encontráis)
- 4 huevos
- un puñadito de nueces picadas
Para decorar:
- 200 ml de nata para montar muy fría
- Azúcar glasé al gusto
Elaboración:
1. Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo y comenzamos con la base. Picamos las galletas y las nueces sin que lleguen a ser polvo y añadimos la canela y el azúcar. Vertemos la mantequilla fundida y mezclamos hasta formar una pasta. Forramos la base y las paredes del molde previamente engrasado con ella y lo metemos al congelador para que se endurezca.
2. Proseguimos con el relleno. Ponemos a calentar la mantequilla, el chocolate troceado y el Golden Syrup a fuego muyyyyyy lento hasta que se disuelva todo. La mezcla deberá quedar muy muy brillante y lisa. Dejamos atemperar.
3. Batimos los huevos y, cuando la mezcla de chocolate esté templada, la mezclamos con los huevos. Es importantísimo que el chocolate no esté caliente, porque si no cocinará los huevos y nos quedarán trozos asquerosos. Una vez mezclado, la textura se volverá un poco más densa.
4. Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 30 minutos. El centro estará algo crudo pero no sigáis cociendo, ya que terminará de asentarse en la nevera.
5. La sacamos del horno, dejamos atemperar y la metemos al frigorífico.
6. Montamos la nata con unas varillas y vamos añadiéndole poco a poco el azúcar glasé al gusto. Lo dejamos en un bol aparte para que vuestros invitados se pongan al gusto.
Mirad qué cremosa...
¡Probadla porque no os decepcionará!
Eso es todo por hoy. Pronto otra receta... Puede que sea una mousse para despedir el verano... Veremos...
Mientras tanto...